LOS RIELES DE LA PROSPERIDAD
Es indudable que el ferrocarril prestó servicios insuperables a la economía, el comercio, la minería, la agricultura y por supuesto al traslado de pasajeros. Esto último sobretodo porque antiguamente existía un camino que bordeaba la playa para trasladarse entre las ciudades de Coquimbo y la Serena, siendo el trayecto arduo y demoroso al efectuarlo a pie o en carretas. Posteriormente el tren se convirtió en un medio muy útil para los jóvenes que iban a estudiar del puerto a los colegios de La Serena.
El primer ramal hacia el valle de Elqui se comenzó a construir en 1889, siendo el tramo que permaneció más tiempo en uso, fueron muchas las generaciones de estudiantes de los establecimientos educacionales de La Serena y Coquimbo los que gozaron de los paseos de vacaciones de invierno o de fines de año hacia los hermosos parajes del Valle.
No hay duda que el ferrocarril aportaba una nota pintoresca a la actividad del puerto, ya que en la estación terminal, que estaba ubicada en el inicio de calle Aldunate junto a la Casa de Máquinas, y en la estación del Empalme (donde se bifurcaba la línea a Ovalle y a La Serena), se reunía la sociedad para charlar y observar a los que viajaban al norte o a la capital.
También este tren fue de mucha utilidad a los comerciantes que despachaban sus mercaderías, abaratando costos ante el superior valor del transporte marítimo.
El Ferrocarril de Coquimbo surtió de agua Potable a la ciudad, construyendo un establecimiento hidráulico el año 1864.
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"Se compone de un gran depósito capaz de contener 500.000 galones de agua: está cubierto con techo de fierro galvanizado y de un filtro bastante grande donde entra primero el agua antes de pasar al depósito principal. la cañería parte de este depósito y pasa por las calles de Aldunate y Melgarejo, hasta terminar en los muelles de la empresa, recorriendo una extensión de dos kilómetros más o menos”. (R. Tornero. "Chile Ilustrado". santiago 1872).
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En todas las bocacalles hay pilones de fierro con llave, de que se sirve el público; en muchas casas particulares se ha introducido el agua por cañerías parciales pagando sus dueños un monto mensual a la empresa.
Tan luego como la municipalidad pueda satisfacer a la compañía Ferrocarril de Coquimbo el costo de este establecimiento, la tomará de su cuenta, pues le pertenece el agua que surte los estanques. (R. Tornero. "Chile Ilustrado", Santiago 1872)